La ciudad de Cambridge, situada a 100 km de Londres, es una ciudad pintoresca y llena de historia que merece la pena ser visitada. Ya seas amante de la historia, el arte o la ciencia, o prefieras pasar tiempo al aire libre, Cambridge tiene opciones para todos los gustos.
Los orígenes de la ciudad se remontan a la Edad de Bronce (~2000 a. C.), de la que se conservan algunos restos arqueológicos de asentamientos y monumentos funerarios.
En el año 70 d.C. los Romanos establecieron aquí un pequeño fuerte llamado Duroliponte para controlar la ruta entre York y Londres.
El pueblo, que inicialmente se llamó Grantabrycge, comenzó a destacarse como un importante centro comercial cerca de 875 d.C., durante el dominio de vikingos daneses.
En el siglo XI pasó a estar bajo el dominio normando y Guillermo el Conquistador construyó aquí un castillo.
En 1209 la Universidad de Cambridge fue fundada por una asociación de académicos que huyeron de la Universidad de Oxford.
Cambridge fue afectada por la Peste Negra en los años 1350, que causó la muerte de dos tercios de su población.
En el siglo XIX la ciudad creció principalmente por la llegada del ferrocarril que, facilitando la conexión con Londres, promovió la industria y creó empleos.
Durante la segunda guerra mundial, Cambridge se convirtió en un centro de entrenamiento militar y, en 1944, el Trinity College fue escenario de una reunión militar secreta que dispuso la invasión de los aliados a Europa.
En 1951 Cambridge adquirió el carácter de ciudad, a pesar de no contar con una Catedral propia.
Actualmente Cambridge es un importante centro de alta tecnología en el que se destacan empresas de software, electrónica y biotecnología, como Arm y AstraZeneca.
Según el censo de 2011, en la ciudad habitan alrededor de 158.000 personas.
Hay 14 esculturas en miniatura escondidas por la ciudad. Se llaman Dinky Doors (“puertas diminutas”) y son pequeños portales a otros mundos, hechos con una pizca de humor para despertar tu imaginación y hacerte sonreír.
Si te interesa saber cómo descubrir la ciudad a través de estás puertitas puedes leer este post.
El nombre original de la ciudad era “Grantabrycge” que significa “Puente sobre el río Granta”. Cuando la ciudad cambió su nombre a Cambridge, también se modificó el nombre del río a Cam.
¡En Cambridge nació el fútbol! Las reglas, redactadas en 1863, incluían la penalización de patadas a la tibia, y la primer versión de la regla del fuera de juego.
Debido a que los estudiantes de la universidad no podían tener perros en sus habitaciones, el famoso poeta Lord Byron decidió tener un oso domesticado en su habitación. Dado que la prohibición de tener osos no se mencionaba específicamente en el estatuto, la Universidad no tenía motivos legales para presentar una queja. Lord Byron solía pasear a su oso por los terrenos de Trinity college.
Algunos especímenes recolectados por Charles Darwin durante su expedición en el Beagel se encuentran expuestos en el Museo de Zoología de la Universidad.
Descubre más sobre el legado de Darwin en Cambridge en este post.
La cabeza del importante político inglés Oliver Cromwell se encuentra enterrada en un sitio desconocido dentro del Sidney Sussex college. Tras su ejecución su cabeza estuvo expuesta en una pica durante casi 25 años, luego pasó por muchos coleccionistas privados hasta que en 1960 fue enterrada. El entierro fue presenciado por unas pocas personas y se desconoce el lugar exacto donde se encuentra el cráneo.
El corazón de Cambridge es su Universidad, pero es imposible recorrer todos los colleges, que son 31 en total. Sin embargo, la capilla de King’s college definitivamente merece una visita. Una forma de ingresar de forma gratuita es para asistir al Evensong (canto vespertino) a cargo del coro de King´s college. La capilla de estilo gótico tiene un techo abovedado único, una enorme vidriera del siglo XVI y toda sillería del coro está adornada con hermosas tallas en madera. Asistir al canto vespertino, que tiene lugar casi todas las tardes, te permitirá además apreciar la increíble acústica de la capilla. De camino a la capilla puedes aprovechar a echar un vistazo a los jardines del college. Chequea los horarios del canto vespertino en este link.
Con sus calles angostas, edificios históricos, tiendas y cafés, el centro de Cambridge es ideal para caminar sin rumbo mientras se aprecia el ambiente animado en el que se mezclan turistas y estudiantes.
No te pierdas el “Corpus Clock”, un gran reloj escultural situado en la esquina de las calles Benet y Trumpington que representa un saltamontes dorado que devora el tiempo. También visita el mercado de Cambridge, que funciona desde la época medieval, vendiendo desde comida hasta libros y vestimenta.
En el centro histórico se encuentran numerosos colleges por lo que mientras caminas puedes descubrir sus fachadas e incluso echar un vistazo a sus jardines. Nuestros lugares favoritos incluyen la hermosa fachada de Trinity College junto a la cual han plantado un brote del árbol de manzanas que inspiró a Isaac Newton; el Puente Matemático que a pesar de su aspecto curvo está exclusivamente construido con maderas rectas; y los jardines de Pembroke college, uno de los más ornamentados de la Universidad.
El punting es una de las actividades más populares para hacer en Cambridge y consiste en navegar en un bote largo y plano, que se impulsa usando un palo largo con el que se empuja contra el fondo del río. Es una actividad que permite ver los jardines o backs de los colleges desde una perspectiva diferente y pasar justo por debajo del Puente Matemático y el Puente de los Suspiros.
Es posible rentar un bote e intentar navegar uno mismo (aunque es mucho más difícil de lo que parece) o tomar un tour. En este link podrás encontrar aquellos tours que cuentan con licencia.
Cambridge tiene innumerables pubs pero este se destaca por su historia.
Aquí Francis Crick anunció haber descubierto “el secreto de la vida” haciendo referencia a haber descifrado la estructura del ADN. Hay una placa conmemorativa del exterior que fue alterada por un visitante anónimo y ahora lee “+ Franklin” para destacar la contribución de la científica Rosalind Franklin en el descubrimiento.
The Eagle también era frecuentado por aviadores estadounidenses e ingleses de la segunda guerra mundial y aún se conserva un graffiti con sus nombres.
Aquí puedes pedir “Fish and chips”, frecuentemente considerado el plato nacional de Inglaterra. Dado que The Eagle suele ser muy concurrido te recomendamos hacer una reserva aquí.
Este museo es probablemente el más famoso de los muchos que hay en Cambridge. Contiene obras de arte y artefactos históricos de Gran Bretaña y del resto del mundo, incluyendo artículos de la edad antigua y también obras modernas. La entrada al museo es gratuita, y el edificio en sí es digno de una visita.
Puedes encontrar los días y horarios de apertura aquí.
Fotografía: Lāsma Artmane
Es posible subir a la torre de la Iglesia para tener vistas panorámicas de la ciudad. La iglesia está ubicada en el centro histórico de la ciudad, justo frente a la capilla de King´s College por lo que las vistas desde la torre son increíbles.
Para acceder a la torre hay que subir 123 escalones por una escalera medieval muy angosta. Puedes encontrar los horarios de apertura aquí.
Fotografía: Jean-Luc Benazet
Con una superficie de 40 acres (aprox. 24 manzanas), el Jardín Botánico de la Universidad de Cambridge alberga más de 8000 especies de plantas de todo el mundo. Es un excelente lugar para alejarse por un rato del ruido de los automóviles y del gentío. El Jardín organiza distintas actividades y talleres a lo largo del año, y los domingos es posible hacer una visita guiada gratuita (aunque se debe abonar la entrada al jardín). Puedes chequear el horario de apertura aquí, y los talleres programados en este link.
Fotografía: Chris Cooper
Este ritual, que data del año 1840, es una comida basada en pequeños sandwiches, scones con crema y mermelada, tortas y pasteles, acompañados del clásico té con leche. Suele servirse cerca de las 4 pm y es una forma ideal de recargar energías durante tu visita a Cambridge.
Si la opción de Afternoon tea te parece demasiado, puedes optar por tomar un Cream tea, que incluye solo té y scones con crema y mermelada. En el centro de Cambridge hay numerosas casas de té que ofrecen ambas opciones.
Fotografía: Stefan Schweihofer
La Iglesia del Santo Sepulcro, más conocida como la Iglesia Circular, es una de las 4 Iglesias medievales circulares que permanecen en pie en Gran Bretaña. La Iglesia data de la época normanda y cuenta con una exhibición de la historia e influencia del Cristianismo en la educación y la ciencia. Además, en la Iglesia se proyecta un video sobre la historia de la ciudad de Cambridge y la Iglesia también organiza visitas guiadas por la ciudad. Encuentra información sobre la visita a la iglesia y los tours aquí. La Iglesia cobra una admisión, pero si no quieres ingresar, el exterior del edificio igualmente merece una visita.
Fotografía: Round Church Cambridge
A 45 minutos a pie del centro de Cambridge se encuentra la pradera de Grantchester, o Grantchester Meadows, a la que se puede acceder siguiendo un sendero a lo largo del río Cam. Este lugar es ideal para visitar en verano y relajarse haciendo picnics y disfrutando del sol. Las aguas en esta zona son limpias y tranquilas por lo que es muy frecuente ver a personas nadando y a niños que se tiran al río desde cuerdas en los árboles.
El pueblo de Grantchester es pequeño y muy pintoresco. Si decides visitar Grantchester un domingo, te sugerimos probar el tradicional Sunday Roast, un plato típico de la cocina británica. Está hecho a base de una carne asada acompañada de papas y verduras de estación cocidas y el tradicional Yorkshire pudding, todo bañado en el jugo de cocción de la carne, o gravy.